Aunque solo es un sacerdote humilde en la compleja jerarquía de los eslizones, Kixi-Taka es visto con favor por sus amos. Cuando los Slann previeron el destino de Ghur, nacido en las entrañas de la montaña viviente conocida como Tumba de bestias, le confiaron a Kixi-Taka reliquias de la tecnología de los Ancestrales para poner fin a la amenaza. Ahora guía fielmente a los Los Acechadores Sanguiestelados: su taciturno guardaespaldas Viejaestirpe Klaq-Trok, los cazadores de eslizones Xepic, Huachi y Tok, y su explorador camuflado, Otapatl.